Leonardo Erazo y la nueva voz del Itata

Si alguien sabe cómo dejar que la tierra cuente su historia, ese es Leonardo Erazo. Este tipo estudió Agronomía y Enología en la Universidad de Chile, pero no se quedó ahí: se fue a recorrer el mundo, aprendiendo de suelos, geología y biodinámica, y volvió con una misión clara: respetar la uva y dejar que cada botella hable del lugar de donde viene.

En el Itata Valley, entre viñas viejas de secano y vientos frescos que vienen del mar, Leo trabaja con cepas que han vivido allí siglos: País, Carignan y Moscatel de Alejandría. Nada de riego artificial ni intervenciones raras: solo cuidado, paciencia y mucho respeto por los agricultores locales que saben del terroir como nadie.

En la bodega, lo suyo es minimalista: levaduras nativas, barricas viejas y un toque de sulfuroso justo antes de embotellar. Resultado: vinos elegantes, transparentes, con personalidad, que te cuentan de dónde vienen sin adornos.

Itata no siempre tuvo fama. Durante años fue una región olvidada, produciendo vinos simples para los locales. Hoy, gracias a Leonardo y otros visionarios, está renaciendo con fuerza. Sus vinos son un viaje en copa: frescos, con carácter, con historia. Cada sorbo te recuerda que los grandes vinos no siempre vienen de lo sofisticado, sino de entender profundamente la tierra y dejarla brillar.

Así que la próxima vez que descorches un Itata de Leonardo, pon atención: no solo estás tomando vino, estás tomando historia, tradición y un pedazo del Mediterráneo chileno en tu copa. 

 

 

Referencias: A Los Viñateros Bravos, “Granitico” Cinsault, Itata, Chile Y  A Los Viñateros Bravos, Pais Volcanico, Itata, Chile)

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